A diez días de la primera vuelta presidencial, la polémica de McKinsey trastorna la campaña de Macron

A diez días de la primera vuelta presidencial, la polémica de McKinsey trastorna la campaña de Macron

Cuando faltan menos de 15 días para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el gobierno francés se enfrenta a fuertes críticas por su uso generalizado de la asesoría, en particular por parte de la estadounidense McKinsey, de quien se sospecha que no ha pagado impuestos a los franceses durante 10 años.

Un informe del Senado francés, publicado el 17 de marzo, destaca la creciente influencia de las consultoras en las políticas públicas, con un aumento de los contratos en los últimos años.

Entre ellos, McKinsey, que asesoró al Gobierno en la campaña de vacunación, entre otras cosas, no pagaría impuestos entre 2011 y 2020, según la comisión de investigación, que ve como un «ejemplo de desarrollo financiero».

«Nada que ocultar» vs «áreas grises»

El presidente y el candidato ya ganaron dos veces, sin lograr cerrar el debate. «Tenemos la idea de que hay planes, eso no es cierto. Si hay pruebas de fraude, que vaya a la cárcel», comenzó, muy enojado, el domingo.

Cuando se le preguntó sobre esto el miércoles, el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, dijo que el gobierno «no tenía lecciones que aprender de la lucha contra la reforma financiera».

Para tratar de calmar la polémica, dos ministros, Olivier Dussopt (Presupuesto) y Amélie de Montchalin (Cambio Público y Servicio Público), presentaron una rueda de prensa defendiendo el uso del aviso.

Ante los temores de dependencia de la autoridad pública, De Montchalin afirmó que «ningún asesor ha tomado ninguna decisión sobre la reforma y la decisión siempre es acorde con el Estado». «No hay nada que ocultar», dijo Dussopt, quien insiste en que el Estado ha dado muestras de «transparencia» en respuesta a las preguntas del comité de investigación del Senado.

Tras la rueda de prensa, la comisión de investigación confirmó que el gobierno seguía «reduciendo la influencia de los asesores». Destacó que este ejercicio de comunicación del Gobierno en las oficinas de Bercy, «a 10 días de la primera vuelta», «no borró todas las zonas grises».

Los grupos de oposición pidieron la renuncia del asediado primer ministro. El ultraderechista de izquierda Jean-Luc Mélenchon criticó el «escándalo del gobierno», así como el exceso de derechos de la Unión Nacional, que se pronunció en «McKinseyGate».

Otro candidato de extrema derecha, Eric Zemmour, acusó al presidente de «retroceder» porque «la gente de McKinsey trabajó para su campaña electoral de 2017», comandantes.

La polémica está alimentada por algunos de los contratos presentados por los senadores, que hacen referencia a fraccionamientos en el fraccionamiento, como el APL (beneficio de vivienda), o un informe sobre «cambios en la profesión docente» y la remuneración que otorga.

La polémica ha llegado a las redes sociales, donde Emmanuel Macron ha sido acusado de parcialidad. El tema también amenaza con revivir la imagen del «presidente rico» adherida a Macron desde el inicio del mandato de cinco años.

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