Desde que conocimos a Charlene de Mónaco hacia el año 2006 después de conocer y enamorarse del príncipe Alberto de Mónaco en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín (Italia), muchos la han calificado en numerosas ocasiones como la princesa infeliz. Hace sólo un par de semanas, un comunicado oficial anunciaba que la princesa monegasca se retiraría durante un tiempo de la vida pública. «Sus Altezas Serenísimas han decidido que comienza un período de calma y descanso necesario para garantizar la mejor recuperación de la salud de la princesa Charlene», explicaban en la nota de prensa. Pero, ¿desde cuando Charlene ha estado en boca de todos por su tristeza? ¿Cuál es la cronología de la retirada que parecía anunciada desde hace quince años?
MONACO, MONACO – JUNE 23: (L-R) Prince Albert II Monaco, Prince Jacques Monaco, Princess Gabriella Monaco y Princess Charlene of Monaco attend the Fete de la Saint Jean on June 23, 2020 en Monaco, Monaco. (Photo by SC Pool – Corbis/Getty Images)
Cuando Charlene Wittstock empezó un romance con Alberto de Mónaco ella era una nadadora profesional que había participado en los Juegos Olímpicos de Sidney en 2000 como miembro del equipo de relevos y había ganado algunos campeonatos de Suráfrica, su país de origen. Por su parte, el príncipe monegasco era uno de los solteros de oro europeos y muchos se preguntaban entonces por qué todavía no había contraído matrimonio a los 48 años, algo poco habitual entre los miembros de la realeza. Alberto presentó oficialmente a Charlène durante el Gran Premio de Fórmula 1 en mayo de 2006 y cuatro años después se comprometieron, un momento en el que Charlene tuvo que convertirse al catolicismo (ella era protestante) y además tuvo que aprender francés y todo lo relacionado con el protocolo de más alto nivel para poder integrarse en la familia monegasca más popular del planeta. Como anillo de pedida, Alberto regaló a su promesa un diamante de tres quilates en forma de pera rodeado de pequeños brillantes diseñado por la joyería parisina Repossi, una de las más famosas entre la aristocracia europea.
Princess Charlene de Monaco y Prince Albert II de Monaco dance durante 65th Monaco Red Cross Ball Gala en Sporting in Monaco. (Photo by Stephane Cardinale/Corbis vía Getty Images)
¿Supuesta novia a la fuga?

El 1 de julio de 2011 se celebró su boda en dos días, una ceremonia civil en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi, y otra religiosa a la que asistieron miembros de todas las casas reales así como personajes del mundo del espectáculo y la moda como la modelo Naomi Campbell o el diseñador (e íntimo de Carolina de Mónaco) Karl Lagerfeld. La novia lució un diseño de Giorgio Armani de corte sirena clásico. Pero ya días antes de su enlace empezaron a producirse los primeros rumores sobre la incomodidad del deportista en la casa monegasca. Para Charlene estar en el punto de mira (y de muchas críticas y comentarios maliciosos) nunca fue algo que aceptara con naturalidad. Las comparaciones con la princesa Gracia de Mónaco, madre de Alberto y la que fuera actriz y esposa de Rainiero, por su belleza y elegancia e incluso los supuestos celos que podría haber provocado en algunos miembros de la familia.
Según el semanal L’Express, Charlene habría supuestamente intentado marcharse del Principado días antes de la boda en la que, según el medio francés, habría sido su tercer intento por marcharse. «Wittstock intentó refugiarse en la Embajada de Suráfrica en mayo, durante una visita a Francia para preparar el traje de novia», explicaba L’Express que añadía que también habría intentando hacerlo «durante el Gran Premio de Mónaco y cuando reservó un vuelo sólo de ida a Suráfrica y casi logró llegar al próximo aeropuerto de Niza, en Francia». Pero «el cortejo del príncipe la encontró e intentó persuadirla para quedarse», aseguraba el citado medio.
Y parece que durante los tres días de boda no mejoró la felicidad de Charlene que, según The Guardian, “salió de la capilla real donde depositó su ramo con el labio superior tembloroso y una lágrima recorriéndole la mejilla. Mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo, el príncipe Albert le suplicaba entre susurros: «No llores, no llores.» Desde Associated Press hablaban de «las miradas alicadas casi por completo y de las lágrimas que recorrían libremente» el rostro de la novia. LaineyGossip llegó a afirmar que supuestamente los novios habrían pasado la luna de miel «no sólo en camas separadas o en habitaciones separadas, sino en hoteles distintos.» Por supuesto, el Principado y el príncipe Alberto negaron taxativamente todos estos rumores.
La princesa triste

Siempre con los ojos puestos a la princesa Charlene, el Palacio Real anunció en el 2014 que la pareja esperaba gemelos. A finales de ese año nacieron Jacques y Gabriella, primeros hijos para Charlene pero no para Alberto, que tiene dos hijos más fuera del matrimonio, por lo que no están dentro de la línea sucesoria al trono (Alexandre, fruto de su relación con Nicole Coste, y Jazmin Grace, de un romance con la americana Tamara Jean). Aunque los acontecimientos públicos Charlene siempre ha intentado mostrar su mejor cara y sonreír, son muchos los momentos en los que se le ha comparado incluso con Lady Di por su mirada triste y perdida muchas veces.
En una de las escasas entrevistas que la princesa ha concedido a la revista Point de Vue aseguraba estar «al mil por ciento» con su marido y que era feliz. «Hay momentos más o menos fáciles, como le ocurre a todo el mundo. Pero soy feliz tal y como soy, satisfecha con lo que vivo, sé que soy muy privilegiada», afirmaba. Pero en el 2020, los rumores volvieron a surgir sobre el malestar de la princesa, que solo asiste a esos actos en los que su presencia es indispensable. Además de vivir un momento duro cuando Alberto se contagió de Covid, a finales del año pasado, Charlene apareció con un nuevo look de lo más punk que no dejó a nadie indiferente. Con el pelo casi rapado, la princesa llegó a la tradicional ceremonia de Navidad con sus hijos y su marido. Su estilo dio la vuelta al mundo y mucho se habló de si era el más adecuado para una princesa, volviéndola a comparar con la clásica elegancia de su cuñada, Carolina de Mónaco, siempre impecable.
Alejada de todo en Sudáfrica

En enero del 2021 empezaron los rumores más insistentes sobre una supuesta crisis matrimonial de la pareja e incluso algunos medios llegaron a hablar de «divorcio inminente», algo que Alberto se encargó de desmentir. En mayo, la princesa viajó a Suráfrica, su país de origen, y allí contrajo una infección de oreja y garganta de gravedad, lo que hizo que tuviera que pasar por el quirófano varias veces y que se quedara en el país africano más tiempo de lo previsto. Muchos quisieron ver ahí una forma de huir de la princesa del ruido mediático sobre su matrimonio y no verdaderamente desapareció de cualquier tipo de vida pública durante meses.
“No se fue para que estuviera enfadada conmigo o con alguien más. Se fue a Suráfrica para comprobar el trabajo de su fundación allí y para pasar algo de tiempo con su hermano y sus amigos. Se suponía que sería una estancia de una semana larga, máximo diez días, y todavía sigue ahí a causa de su infección y de todas las complicaciones médicas que han surgido”, explicó meses después el propio Alberto de Mónaco. “No se ha exiliado. Ha sido un problema médico que ha necesitado tratamiento, simplemente. Está listo para volver a casa. Ya bromea que está preparada para convertirse en polizón en un barco de vuelta a Europa», añadía en tono jocoso.
Durante el verano, los hijos y el marido volaron a Johannesburgo para visitarla y dar quizás una imagen familiar de tranquilidad y amor. «Feliz de tener en casa a mi familia. Gabriella se ha cortado el pelo ella sola… lo siento Bella, mamá ha hecho lo mejor que ha podido para arreglarlo», escribía con dulzura Charlene en Instagram junto a ‘una foto junto a sus pequeños y Alberto. Aunque se rumoreó que la princesa regresaría a Mónaco después de esta visita, nada más lejos de la realidad. Tuvo que volver a ser operada de urgencia poco después del regreso a casa de la familia. «Su Alteza Serenísima, la princesa Charlene de Mónaco fue llevada al hospital después de desmayarse debido a complicaciones de una infección otorrinolaringológica grave. Su Alteza es seguida de cerca por su equipo médico, que comentó que su estado de salud no es preocupante», explicaban desde Palau.
Su retirada ¿temporal?

El 8 de noviembre, Charlene volvía finalmente a Mónaco y parecía que la princesa retomaría su agenda con un viaje a Dubai junto a su marido. Pero no ocurrió así y apenas dos semanas más tarde se anunciaba que la sudafricana se retiraba temporalmente de la vida pública. En una entrevista en la revista People, su marido quiso contar qué le sucede a su mujer. «Sufre de un agotamiento severo que es de naturaleza tanto emocional como física», comentó. Además, aseguró que al regresar a Mónaco, «las cosas fueron bastante bien en las primeras horas, y después se hizo evidente que ella no se encontraba bien. Su estado actual es el resultado de varios factores que son asuntos privados pero claramente estaba agotada, física y emocionalmente, estaba abrumada y no podía afrontar los deberes oficiales, la vida en general o incluso la vida familiar”.
El príncipe aprovechó para negar los rumores de crisis en su matrimonio: «Probablemente voy a decir esto varias veces, pero eso no tiene nada que ver con nuestra relación. Quiero dejar esto muy claro. Estos no son problemas dentro de nuestra relación; no con la relación entre marido y mujer, es de una naturaleza diferente».
¿Dónde está la princesa?

Algunos medios han hablado de un ingreso en una clínica en Suiza y otros en una en las afueras de Mónaco, pero ninguno de estos sitios se han confimado ya que la estancia de Charlene es absolutamente confidencial y privada en estos momentos . Según apuntó el portal de noticias Birds Daily, Charlene estaría supuestamente asistiendo a una clínica exclusiva en Suiza y se alojaría en un apartamento de lujo en Zúrich con limusina y chef privado. «Alberto quiere y apoya a Charlene al cien por cien», expresó su cuñada Chantell Wittstock. «Su matrimonio es fuerte y se apoyan totalmente el uno al otro. Charlene no vivirá en un apartamento sola. Ella y Alberto tienen propiedades por todas partes y se alojan en diferentes dependiendo de dónde se les necesite. Definitivamente te puedo decir que si ella está ahí será con Alberto y sus hijos», añadía.
El padre de la princesa ha asegurado que «es muy fuerte y se recuperará». Un amigo de la familia ha comentado: «Su matrimonio ha soportado muchas tormentas y ataques a lo largo de los años y sin duda lo seguirá haciendo. Conozco a Charlene desde hace muchos años. Está decidida a fortalecerse y recuperarse para poder volver con su marido, hijos y obligaciones». El momento en que lo hará, al igual que su nuevo hogar, todavía es todo un misterio.
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