El doctor en Lingüística Aplicada y catedrático del Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada (UGR), Aurelio Ríos, dirige esta semana un curso en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza (Jaén), donde trabaja ocupándose de la enseñanza del español a inmigrantes a través de talleres prácticos, por decimonovena vez.
En una entrevista con Europa Press, Ríos catalogó a los docentes del curso como «especialistas en la enseñanza de idiomas», todo ello con el objetivo de impartir «competencias académicas, sociales y lingüísticas» a las personas que quieran trabajar con esta población, «siguiendo las » Se establecen las directrices del marco común europeo de referencia, resumidas principalmente en dos aspectos”.
Por un lado “las personas que quieran permanecer en un país europeo deben convertirse en usuarios del idioma de ese país” y por otro lado “que adquieran el idioma y las habilidades necesarias con la intención de que puedan desarrollarse en el sociedad que les acoge, personal y profesionalmente», añade.
Respecto a las diferencias entre los distintos grupos de inmigrantes, Ríos destacó que «los refugiados suelen tener una mayor cultura académica», por lo que «se centran en la formación académica» porque «es gente alfabetizada». Como ilustró «es como si estuviéramos aprendiendo francés en Francia».
“Luego hay otras personas que son analfabetas -están alfabetizadas, pero en un alfabeto diferente, como el chino o el árabe-, entonces la metodología debe prestar atención a eso. El gran desafío es si son analfabetas, porque hay muchas personas. que no saben leer ni escribir, mucha gente que viene de África, sobre todo mujeres, un nicho de pobreza”, detalló.
Así, “en el caso de los analfabetos, se empezaría a promover principalmente la habilidad oral -la expresión oral de la interacción- y de ahí pasar a la comprensión lectora, para que entiendan toda la información”. Luego “comprensión en casa para mejorar” y finalmente “expresión escrita para que aprendan a escribir en la medida que necesiten o quieran”.
Ríos ha señalado que los inmigrantes con conocimientos de una lengua latina como italiano, francés, rumano o portugués “llegan más rápido a la lengua oral”, por lo que la formación “debe ser algo a corto plazo”.
“Además, algunos trabajan muchas horas y hacen un gran esfuerzo para asistir a clases para aprender lo básico. Entonces, en los adultos la necesidad es principalmente comunicativa, mientras que los niños automáticamente vienen a la escuela, es un mecanismo diferente”, comentó.
Finalmente, Ríos mencionó el caso de los hispanohablantes, porque “aunque no haya peruano ni chileno”, sus variedades pueden “crear un choque cultural”. En definitiva, “un acento comunicativo porque nuestro código es muy europeo, muy occidental”. Es un fenómeno que se ha ilustrado con «el conflicto en la fórmula de trato ya que los latinoamericanos lo hacen muy formal, con el tú».