Inmaculada Sanz Mateos / Discusión
25 de abril de 2022, 19:55
Si pudieras elegir antes de nacer, ¿qué idioma hablarías, qué idioma elegirías?
El lingüista Noam Chomsky afirmó que la razón del uso del lenguaje en los humanos es la necesidad de expresar pensamientos y que todos tenemos un dispositivo mental abstracto capaz de crear cualquier oración en cualquier idioma; como si en su cabeza, como una estructura mental innata, todos hablaran el mismo idioma. Lo que nos diferencia es la forma extrínseca de estructurarlo, la producción en el código de signos lingüísticos.
A partir de este punto de vista, han surgido una serie de teorías que intentan explicar por qué nacemos con la capacidad de entender y hablar un idioma en particular de forma natural o cómo aprendemos de los demás. El idioma es un instrumento de comunicación y la necesidad básica de comunicación es lo que lleva a las personas a buscar un aprendizaje multilingüe.
¿Por qué queremos aprender otro idioma?

Pero, ¿por qué elegir uno sobre el otro? Hay más de 6.000 idiomas en el mundo, pero no podríamos enumerar más de veinte. ¿Inglés, francés, chino, ruso…? ¿Qué nos motiva a tomar esta decisión? Parece ser una elección fácil, ya que la mayoría de las veces la hacen por nosotros, pero hay una serie de factores en esta consideración que interfieren consciente o inconscientemente.
Hablar más de un idioma tiene muchos efectos positivos, no solo a nivel social y cultural, sino también en nuestro cerebro. Se ha demostrado que aprender un segundo idioma es beneficioso para el desarrollo cognitivo: mejora la memoria, la toma de decisiones y, según investigaciones recientes, esta actividad neuronal inhibe el envejecimiento y la aparición de enfermedades degenerativas. Parece tener todas las ventajas, aunque no se deben exagerar los beneficios potenciales que aporta.
Las expectativas sociales y profesionales

El mismo hecho de que hablemos nuestra lengua materna significa un desarrollo cerebral que progresará a medida que crezcan nuestras habilidades lingüísticas. El conocimiento de nuestra lengua materna influirá en el aprendizaje de la nueva; el dominio adecuado de nuestra lengua optimizará la adquisición de otra. Esta influencia va en ambas direcciones, ya que nuestro primer idioma también mejorará en la fluidez del habla y en la difusión y uso del vocabulario.
En la práctica, el desarrollo profesional y las expectativas sociales de comunicación se encuentran entre los principales factores que nos motivan a elegir otro idioma. Bajo estos supuestos, el inglés es el primer idioma que se aprende como lengua extranjera.
Lenguas ‘poderosas’

Esta prioridad académica se ha impuesto desde nuestra escolarización, por lo que su estudio no siempre conduce a la motivación o una actitud positiva, clave para lograr aprendizajes importantes. De todos modos, el inglés es la lingua franca del mundo moderno globalizado, por lo que es imprescindible en todo ámbito laboral y académico en el que nos queramos mover.
En 2016, el Foro Económico Mundial realizó una clasificación de los idiomas más poderosos del mundo teniendo en cuenta diversas variables; los primeros cinco idiomas son mandarín, francés, español y árabe. Estos cinco son los más hablados del mundo, tanto por hablantes nativos como por hablantes que lo hablan como segunda lengua. Si eligiéramos a algunos de ellos, lo haríamos por sus oportunidades laborales, su posición en el orden económico y geopolítico, y por el territorio que cubrirían con sus conocimientos.
La proximidad cultural o geográfica

el inglés es oficial o colaborativo en 57 países; El mandarín es el idioma con mayor número de hablantes nativos, seguido del español; El francés es la lengua oficial de la diplomacia y una de las lenguas de trabajo de las instituciones europeas, y finalmente el árabe, al que se une la influencia económica y cultural por la lengua oficial en 23 países y otra lengua en la comunidad musulmana (una cuarta parte de La población mundial). Así que, si nos mueve sólo el deseo de viajar como impulso para aprender, pueden ser los elegidos.
Además, cuando elegimos estudiar una lengua, solemos estar cerca tanto cultural como lingüísticamente: el conocimiento de su alfabeto se interpreta como una ventaja y como una señal de accesibilidad a la hora de entender su gramática, aunque muchas veces ésta no tenga relación con su fonética.
Capturar más mundo

En el caso de Europa, esto significa que el inglés, el francés, el alemán, el español y el italiano continúan siendo los idiomas líderes en la educación.
A pesar de todas estas ventajas, no debemos obsesionar ni acosar a nadie por aprender un idioma a toda costa. Aprender un idioma es hermoso por todo lo que significa: conocer y comprender tu sociedad, respetar tu cultura y tradición, y compartir tus pensamientos más allá de los estereotipos. Fernando Lázaro Carreter dijo que «el lenguaje nos ayuda a captar el mundo y cuanto menos lenguaje tenemos, menos captamos el mundo».
¿Ya sabes qué idioma elegir? Consejo: elige el que quieras. Porque si queremos capturar el mundo entero a través de sus lenguas, perseguirlo por el motivo que sea, sólo habrá una razón que realmente nos motive, y esa será la clave del éxito: entender que el lenguaje es un alma. comunidad, no sólo una herramienta de comunicación.
Inmaculada Sanz Mateos, Profesora Asociada. Departamento de Español, Universidad de Valladolid