Sánchez y Ribera deben aprender de Macron y su transición energética: el galo apoya más a las empresas estr...

Sánchez y Ribera deben aprender de Macron y su transición energética: el galo apoya más a las empresas estr…

Pedro Sánchez y Teresa Ribera deben aprender de Emmanuel Macron y su transición energética. Y es que el presidente de Francia apoya a más y mejores empresas, sobre todo a las estratégicas, con dinero y protegiéndolas de los extranjeros, y al mismo tiempo, defiende y promueve la energía nuclear, que es barata y casi no emite CO2.

Esta diferencia entre España y nuestro vecino galo se ha vuelto a poner de manifiesto en la empresa energética Électricité de France (EDF), controlada en un 84% por el Estado francés. Este último casi ha multiplicado por ocho su beneficio neto en 2021, situándolo en 5.113 millones de euros, gracias al mejor resultado operativo por el aumento de la venta de electricidad en Francia y mayores precios. Y el resultado neto sin efectos no recurrentes ha pasado de 1.969 millones a 4.717 millones, un 151% más. Sin embargo, no ha recibido el aplauso bursátil: la cotización cae un 2,5%… y ya se sabe que a los inversores no les gusta que el control esté en manos del Estado (y un ejemplo de ello lo encontramos en España en ver con el gestor del aeropuerto AENA).

EDF gana casi ocho veces más en 2021, pero no recibe aplausos bursátiles: la cotización cae un 2,5%… y ya se sabe que a los inversores no les gusta que el control esté en manos de un Estado

El resultado bruto de explotación (Ebitda) de EDF ha sido de 18.005 millones (+11,3%) por los mismos motivos que el neto y también por elementos financieros y no recurrentes, y la facturación ha aumentado un 22,4%, hasta los 84.461 millones. Sin embargo, la deuda sigue siendo elevada, tras crecer en 700 millones y situarse en 43.000 millones, lo que podría dificultar la construcción de los primeros seis nuevos reactores nucleares anunciados por Macron y que se enmarcan en el plan de tener 14 más antes de 2050.

Precisamente por esto último y para evitarlo, EDF ha anunciado que realizará una ampliación de capital de 2.500 millones y el Estado francés aportará «una suma de más de 2.000 millones para apoyar a la empresa y a sus empleados e invertir en nuevos centros de producción». nuclear y renovables», según ha explicado el ministro de Hacienda francés, Bruno Le Maire, en una entrevista a la emisora ​​de radio RTL. En concreto, inyectarán 2.100 millones, contribuyendo a la altura de su participación. Al mismo tiempo, la energética francesa ha anunciado que venderá activos por valor de 3.000 millones entre 2022 y 2024, y que ofrecerá a los accionistas la opción de recibir el dividendo en acciones de los ejercicios 2022 y 2023. “En 2021, EDF cumplió sus objetivos comerciales, operativos y financieros” , dijo Jean-Bernard Lévy, su presidente y director ejecutivo de EDF, aunque «las dificultades encontradas a principios de 2022 han llevado a EDF a implementar un plan de acción destinado a continuar esta estrategia en apoyo a la transición energética y los objetivos industriales y climáticos de Francia para los horizontes 2030 y 2050”, añadió.

El Gobierno de los ‘generosos’ Sánchez aprueba las ayudas solicitadas por Técnicas Reunidas, Grupo Wamos, Ferroatlántica y Eurodivisas, pero hasta el momento solo ha repartido 2.041,1 millones, es decir, el 20,41% del fondo para empresas estratégicas… y son préstamos!

Y desde el país vecino volvemos a España. En el último Consejo de Ministros celebrado el pasado viernes se aprobaron otras cuatro ayudas del fondo para empresas estratégicas gestionado por la SEPI (las de Técnicas Reunidas, Grupo Wamos, Ferroatlántica y Eurodivisas), por valor de 504,5 millones, que se suman a los 1.536,6 millones que hasta ahora había sido autorizado. No obstante, cabe recordar que hasta ahora, el Gobierno del ‘generoso’ Sánchez sólo ha repartido 2.041,1 millones del citado fondo que se constituyó con una dotación de 10.000 millones, es decir, sólo el 20,41% del total… y encima ¡Son préstamos! Esto no está ayudando a las empresas estratégicas y sobre todo no las ha protegido realmente de manos extranjeras: por ejemplo, aprobó la OPA del fondo australiano sobre Naturgy, aunque al final afortunadamente fracasó gracias a los accionistas y ahora la energética planea fisionarse y bloquear el posible picado, con mayorías reforzadas, una fisión que en un principio no entusiasmó a la Bolsa.

Por último, la vicepresidenta ecológica Teresa Ribera debería tomar nota del empuje nuclear de Macron y abandonar la política energética sectaria que está llevando a cabo, en la que cuenta con El País como buen discípulo: este diario ha censurado incluso un artículo que defiende la nuclear. Además, Ribera debería copiar a Polonia, que baja el IVA de la gasolina, la electricidad y el gas… y construirá seis nuevas centrales nucleares.

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